martes, 18 de junio de 2013

De los científicos españoles y su patria.

Son días movidos en la ciencia. En plena resaca de un #14Jporlaciencia que sólo congrega a científicos, sin apoyo ciudadano de ningún tipo, y paseando por este grupo de linkedin, encontré un debate abierto alrededor de la tribuna ¿A alguien le interesan los científicos españoles? en El Pais, redactado por Eshter Ruiz, Astrónoma en la NASA.

El artículo llama la atención por poner en tela de juicio posturas mediáticas que quizás no nos hubiésemos planteado, para avanzar en una caricaturizada crítica social que deja entrever los intereses de la autora. En aquél foro, aproveché para publicar mi análisis que aquí os transcribo:



La descripción del entorno es acertada, pero al igual que no hay autocrítica por parte de la sociedad en la reprimenda ministerial, se deja notar cierta rabieta en una investigadora que no se siente todo lo atendida por los media como le gustaría. Me explico: este artículo comienza con una queja hacia el gatekeeper/agenda setting mediático español, para el cual la ciencia sólo llega a ser una excusa para más amarillismo en las rotativas, esta queja aumenta y se hace más dura a medida que se avanza en el artículo hasta culpabilizar a la sociedad, sin el menor atisbo ni intención de indagar en causas de esta problemática. La catarsis surreal llega en los hiperbólicos inquérritos de una astrónoma que considera que cultura científica es conocer a 3 científicos determinados: 2 de los cuales astrónomos también y el tercero un microbiólogo especializado en extremófilos (algo muy estudiado en las agencias espaciales). Curiosa casualidad. 

Aunque no puedo dejar de estar de acuerdo con la tesis inicial, la pataleta ególatra acaba desmereciendo el artículo en parte. En parte no, porque este artículo nos sirve de caricatura de muchísimos científicos que se consideran una élite extractiva de la sociedad, sin el afecto ciudadano que les debería caracterizar. Me decepciona también que no haya ninguna propuesta, solución o medida para acabar con este problema (lo que sigue sonando a pataleta): el de retornar a la sociedad todo lo ella nos ha dado en forma de financiación y puestos de trabajo. Aunque tendamosa  pensar que los científicos somos bichos raros o que la ciencia es demasiado complicada para ser divulgada, he conocido a mucho profesor eminencia-wannabe que se esforzaba en plantear sus explicaciones de la manera más enrevesada posible para que no cupiese duda de que su trabajo era complicadísmo. 

Volviendo al problema, no nos queda otra que vender la ciencia como un contenido atractivo y monetizable, afortunadamente ya existen múltiples iniciativas que velan por este objetivo: naukas, Materia, la propia "I LOVE SCIENCE". Para vender contenido, hay que ponerse en los ojos del otro, y ahí es cuando muchos fracasamos: tomar conciencia de que por muy avanzada que sea nuestra ciencia, esta es sólo un insignificante grano de arena en la playa del conocimiento, fastidia. Fastidia tener que bajar a los terrenales mundos del "supuesto ciudadano iletrado" y resulta más comodo y gratificante para el ego quedarnos en nuestra torre de marfil: la ciencia por un lado, y la sociedad por el otro. 


Y entonces desde la torre nos preguntaremos "¿como es que nuestra sociedad no aprecia la ciencia?"

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